11 de mayo de 2015

Resignación y Aceptación…


¿Cuál es la diferencia entre Resignación y Aceptación?

¿Desde qué lugar interno experimentamos la Resignación?

¿Cuál es el desafío que propone la Aceptación?

Estamos acostumbrados a transitar de forma natural, automática e inconsciente cada una de las experiencias que vivimos a lo largo de nuestra vida.

Experiencias que suelen estar secretamente acompañadas por un gran aprendizaje que viene a dejar su huella en nuestro interior, pero que no siempre estamos lo suficientemente atentos como para poder comprenderlo…

Toda experiencia esconde una enseñanza detrás, pero para lograr extraer y comprender ese aprendizaje, es necesario que aceptemos la luz que cada proceso nos esta regalando…

Aceptar el proceso y su enseñanza nos prepara para nuevas y más enriquecedoras experiencias que nos ayuden a crecer y transformarnos,

pero nuestra razón no siempre está de acuerdo con la visión interna que surge desde el alma.

Ante la aparición de los distintos procesos nuestras reacciones recorren un vaivén de sentimientos y emociones que impiden nuestra observación y dificultan nuestra compresión, adentrándonos aún más en el proceso que estamos experimentando.

Emociones que se pueden definir como enojos, cuando sentimos que el mundo entero está conspirando en contra nuestra…

Bronca porque sentimos que la vida es muy injusta y que no merecemos lo que nos está pasando…

Indiferencia, porque preferimos esquivamos el proceso, autoengañándonos para evitar cualquier tipo de involucramiento frente a una situación determinada…

Las emociones que un proceso nos genera, pueden tener la fuerza y la capacidad de teñir de sufrimiento toda nuestra realidad…

Así es como nos dejamos arrastrar por infinitas emociones que experimentamos con cada proceso e inevitablemente llegamos a la Resignación…

Cansados y derrotados por haber perdido nuestra lucha con otra experiencia, nos sentimos vencidos por la vida y nos resignamos…

Y con la resignación, aparece el conformismo, surge la autocomplacenciay la justificación…

Así es como nos terminamos acostumbrando a vivir enojados, angustiados, deprimidos e indiferentes con todo lo que nos rodea…

Pero en realidad, nos escondemos atrás de la resignación para protegernos y evitar que la vida nos transforme…

La resignación resulta ser la opción más simple para transitar las experiencias permitidas por la vida y desde este errado lugar, todo aprendizaje y enseñanza que porta cada proceso, queda relegado a la vorágine de nuestras emociones…

Resulta más sencillo enojarnos con la vida que comprometernos con ella…

Ajustar nuestra visión y nuestra conciencia para comprender el aprendizaje que esconde cada proceso, nos invita a transformarnos…

Pero estamos negados a la transformación porque implica una consciente aceptación de nuestra propia oscuridad y de nuestras miserias más profundas…

Aceptar nuestra humana condición, nos transforma…

Aceptar nuestras miserias, nuestras debilidades y dificultades, nos transforma…

Aceptar que necesitamos cambiar, nos transforma porque cuando nos animamos a tomar conciencia de nuestra oscuridad, es el alma quien comienza a esparcir su luz para transmutarnos, transformarnos e iluminarnos con su conciencia…

Cuando tomamos el valor de reconocernos como humanos imperfectos…

Cuando nos enfrentamos cara a cara con nuestra condición más inferior…

Cuando reconocemos nuestra necesidad de transformación, la enseñanza de cada experiencia transitada, se manifiesta en nuestro interior para darnos la posibilidad de transformarnos…

Vivir la vida desde la Resignación o desde la Aceptación es una decisión que tomamos todos los días, ante cada proceso que hemos de experimentar, una decisión que va a acompañarnos a lo largo de nuestra vida…

Cuando nos resignamos a padecer cada una de las emociones que nos invaden, nos conformamos con sobrevivir a una existencia opaca y carente de esperanza, inconsciente de la existencia del amor…

Cuando un ser humano toma la decisión de resignarse, se desprende y desconecta de la vida, se resigna y se acostumbra a subsistir sumergido a una realidad de constante dolor y estancamiento…

Así es como perdemos la conexión con lo más sutil de la vida, con ese mundo que está más allá de todas las emociones que gobiernan nuestra realidad…

Así es como perdemos la posibilidad de experimentar la magia y el amor porque esas frecuencias son imperceptibles en ese agonizante estado de sufrimiento…

Cuando una persona decide vivir resignada, se desconecta de si mismo…

La resignación nos adentra en un surco cada vez más profundo que termina dañando y trasgrediendo nuestro propio interior, apagándonos, hasta finalmente desprendernos por completo de la fuente de vida que es la Vida en sí misma…

El amor, la magia, la plenitud y la felicidad se vuelven concepciones irrealizables ante los ojos de un individuo resignado y entregado a la lógica del sufrimiento.

Pero…

¿Por qué elegimos resignarnos?

Porque aceptar; nos compromete a transformarnos…

Podemos erradicar el sufrimiento de nuestra realidad si decidimos transformarnos…

Cuando tomamos la decisión de aceptar las enseñanzas que se presentan en nuestra vida, nos abrimos a lo nuevo, a lo desconocido y así nos conectamos con una nueva frecuencia que nos purifica, nos nutre y nos renueva…

Cuando cortamos con el hábito de la resignación y asumimos conscientemente la responsabilidad de aceptar los procesos para extraer todo aprendizaje posible, nuestra realidad se transforma…

La fuente de la vida vuelve a emanar en nuestro interior esa esencia mágica que nos despierta, conecta y transforma…

Cuando aceptamos nuestra condición, la posibilidad de cambio es infinita…

Cuando aceptamos nuestras miserias, estamos empezando a transformarlas…

Cuando aceptamos que necesitamos transformarnos, purificamos nuestro interior, tomando conciencia de la existencia de algo superior que estábamos acostumbrados a ignorar y negar…

Cuando dejamos de resignarnos y empezamos a aceptar, aprendemos a vivir atentos y conectados con nosotros mismos, en comunión con a cada señal y mensaje emitido por la vida…

Cuando aprendemos a aceptar sin justificaciones, sin límites y sin restricciones generadas por nuestras emociones que atentan contra nuestra visión y conexión, empezamos a vivir íntegra e intensamente, de forma verdadera, real y genuina, en absoluta conexión con el mundo y su creación…

Cuando aceptamos con honestidad la voluntad de la vida, despertamos al amor, comenzamos a vivir una realidad consciente y por primera vez, empezamos a reconocer la magia y el poder que el Amor en sí mismo representa…

Aceptar, Comprender y Transformar…

Amar, Servir e Iluminar…

Esta es la posibilidad y el propósito final de cada uno de nosotros…

Aceptar es entregarse al cambio y la transformación…

Transformarse es sembrar la esperanza de nuestra evolución en cada corazón dispuesto…

Amando y Sirviendo, trabajamos para construir el sueño más profundo de cada alma que forma parte de este mundo…

El sueño de una humanidad consciente…

El sueño de una humanidad, alcanzando su más sagrada y anhelada iluminación…






https://testigosdelcambio.wordpress.com/2015/05/04/resignacion-y-aceptacion/

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