La solución es la que crea el problema

Si estás intentando arreglar tu pena, tu miedo, tu enojo, tu soledad, tus dudas, tu corazón roto, tu profundo anhelo por llegar a Casa, entonces lo has convertido en un problema y, por lo tanto, te encuentras en guerra. 

Tu búsqueda de una solución implica que algo está dañado y requiere de ser compuesto. 

Hay un ‘yo bueno’ en guerra con un ‘yo malo’, un ‘yo perfecto’ en guerra con un ‘yo imperfecto’, y esta es la raíz de toda violencia. 

Termina con esa guerra dual. 

Enfócate en esa parte de ti mismo que se siente afectada, sensible, cruda, ‘mal’, y por un momento, deja de buscar alguna solución. Escúchala. 

Mantente presente. Puede que encuentres información sumamente valiosa. 

Comienza por admitir todas las energías aparentemente inadmisibles dentro
de ti mismo. 

Permite que tu luz brille sin miedo a través de la oscuridad. 

Te darás cuenta que no hay ningún enemigo en tu interior, ningún error, ningún demonio, sólo manifestaciones de la consciencia deseando ser reconocidas, aceptadas, integradas como parte de una imagen infinitamente más grande; sólo niños deseando volver a Casa…

¿Ninguna solución? No hay problema. Sólo amor.

Jeff Foster

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