23 de septiembre de 2014

Si no me equivoco nunca aprenderé


“La vida es una experiencia.
El nacimiento es sólo el principio. No naces como un ser completo y desarrollado del todo; lo haces con todas las dimensiones abiertas. Esa es la belleza y la dignidad del ser humano… el ser humano llega incompleto, abierto a infinidad de posibilidades; es él quien decide en qué convertirse, lo que haga de su vida depende sólo de él. A veces te encuentras en situaciones difíciles, pero son retos que hay que aceptar y afrontar.
Tu propio desarrollo requiere un esfuerzo constante. Sí, muchas veces te equivocarás de dirección, pero no te preocupes, también se aprende de los errores.
Mi padre solía interrumpirme en ciertos momentos diciendo: “No lo hagas así, lo estás haciendo mal”.
– Quiero que esto te quede claro –respondí–. Deja que yo mismo descubra lo que está mal, y si ves que estoy a punto de cometer un error no intentes detenerme.
– ¡Cómo pretendes que no te detenga si veo que te estás equivocando! –exclamó.
– Sí -añadí- porque si no me equivoco nunca aprenderé. ¿Cuánto tiempo

permanecerás en mi vida? ¿Vas a vivir por mí, puedes sustituirme como persona? Yo tengo que vivir mi vida.
Te ruego que seas considerado y dejes que me caiga, que me equivoque, que haga las cosas a mi manera, déjame que aprenda lo que está bien y lo que está mal. Sí, estoy caminando a tientas, pero sólo así podré aprender. Solamente puedes considerar tuyo aquello que tú mismo has aprendido.
Jesús descubrió su verdad, Buda descubrió su verdad, pero para ti esas verdades son un disparate, un sinsentido. Tienes que recorrer tu propio camino, hay muchos para elegir; alguno de ellos te llevarán en una dirección equivocada y tendrás que dar media vuelta para encontrar la senda correcta. Si sigues buscando, acabarás por encontrarla, porque cuando descubres que vas por un camino equivocado, empiezas a darte cuenta de lo que realmente deseas. Es posible que al principio no lo tengas muy claro, pero en cuanto adviertes que algo va mal, al mismo tiempo aparece en tu interior un atisbo de lo que es bueno para ti.
Para reconocer una mentira, necesitas tener una idea de la verdad. Así que, moverte en direcciones erróneas no es un error, pues a través de ese movimiento cristalizarás lentamente la idea de lo que está bien. Cuando lo descubras, saltarás de tu bañera y saldrás desnudo por las calles diciendo: “¡Eureka! ¡Eureka! ¡Eureka!”.


Osho, Nacer con una pregunta en el corazón


http://senderodelmago.blogspot.com.es/2014/09/si-no-me-equivoco-nunca-aprendere.html

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