En mi opinión, “TODO ESTÁ DENTRO DE UNO MISMO” es una frase impactante, o un título de artículo o libro de esos atractivos, sugerentes, prometedores, de lo más exotérico y esotérico, pero que solamente será útil para quien de verdad es capaz de comprenderlo porque ya lo ha experimentado.
O sea, que si uno no lo ha experimentado y no ha sentido que TODO ESTÁ DENTRO DE UNO MISMO, sin que se lo tengan que explicar, no sirve para nada –porque será simplemente una teoría-, y si uno ya lo ha experimentado, no necesita que se lo expliquen.
Decir que TODO ESTÁ DENTRO DE UNO MISMO es, por tanto, inútil –y yo escribí un artículo que se titula así…-, porque subliminalmente induce a una esperanza: la de que tiene que ser fácil -puesto que ya está dentro de uno-, y ser accesible –por el mismo motivo-, pero esto conduce por dos caminos equivocados. Por lo menos.
El de pensar entonces, de un modo inconsciente o fervientemente, que si ya está dentro no hay que seguir buscándolo y ya se ha acabado el proceso. Y eso no es correcto.
Otra equivocación de plantear esta afirmación es que se volverá en contra, y será frustrante, para quien crea en ello, se ponga a la tarea de ver todo eso que está dentro… y no vea nada.
Eso puede acrecentar aún más el sentimiento de inutilidad personal, y alimentar la frustración por no ser capaz de ver o contactar con algo que parecer ser que debería ser muy evidente. Y uno mismo tendrá que soportar su propia retahíla de reproches y lamentos: “No valgo para nada… yo no tengo nada dentro… otros sí que tienen todo dentro y no tienen que buscar