29 de enero de 2014

Los zombies y la muerte vudú: cultos antiyupi.


""La palabra zombie significa "dar en prenda o empeñar" Convertirse en peones o prendas para que unos pocos pudieran obtener riqueza".
Edwin Ardener, antropólogo.

"Los zombies suelen ponerse de moda en tiempos de crisis. Es lo que tememos nosotros de las crisis, el perder nuestra identidad"
Manel Loureiro, escritor.
En La rama dorada, el antropólogo escocés James G. Frazer contaba esta historia: un jefe neozelandés dejó sobras de su almuerzo en un camino y un esclavo comenzó a comérselas. Antes de acabar, alguien le informó de quién eran y, presa de pánico, el hombre murió con convulsiones al anochecer.

La muerte vudú es lo contrario al placebo. Se trata de mecanismos psico-sociológicos para conseguir la muerte por conjuro.



En "la muerte vudú" (1942) Walter B. Canon, fisiólogo estadounidense, estudió el proceso del embrujo y su naturaleza psicofisiológica. Tienen que darse para ello dos condiciones: que el sujeto lo sepa y que lo sepa la comunidad que le rodea. La fe ciega en el poder del hechicero provoca en el embrujado un sentimiento agónico de ansiedad, que es de continuo reforzado por el resto de los habitantes, los cuales evitan al condenado

como si ya estuviese muerto (al igual que el ostracismo griego). El embrujado se queda a solas con su agonía, pensando que se muere sin remedio por estar sometido al conjuro. Esta creencia desencadena una gran crisis de ansiedadque produce alteraciones viscerales en el sujeto en cuestión.

Si a esto le añadimos el profundo rechazo social al que el embrujado está siendo sometido y lo reforzamos con las historias de horror que ha oído contar desde niño, el resultado es una grave disminución del volumen sanguíneo, caída brusca de la presión arterial debida a la permeabilización de los capilares y deshidratación. Es resultado es que toda esta sintomatología termina por provocar una alteración homeostática mortal, una muerte sin lesión, debida al miedo.

Es lo que Levi Strauss llamó shock sociocultural: "la integridad física no puede soportar la disolución del ser social"
A veces, no es necesario la eliminación total de la persona, sólo su alma.



"Parece que los zombies son reales. Realmente existen." escribe el antropólogo Nigel Barley en su libro "Bailando sobre la tumba".
"Un etnobiólogo, Wade Davis, ha conocido a algunos. Poseemos una fotografía de un zombie, sentado tan ricamente sobre su propia tumba, con los brazos cruzados en un gesto de aparente resignación. James Bond y cientos de novelistas de terror han implantado en nuestras mentes una iconografía más salvaje: calaveras sonrientes, obscenos ritos de medianoche, los andares torpes y los ojos vidriosos del cadáver homicida con los brazos abiertos para estrangular. Sin embargo, en el relato de Davis, la sociedad secreta Bizango, el principal culto vudú, termina pareciéndose bastante a una rama del Rotary Club, con su hincapié en los valores del grupo y la familia tradicional.
La zombificación se logra pocas veces y conlleva la administración de la ortodoxina, el veneno del pez globo japonés, para simular la muerte de la víctima. Tras el entierro, los maestros vudú sacan de la tumba al zombie, consciente pero paralizado, y le condenan a una vida de esclavitud drogodependiente en un país saturado de mano de obra barata.



Lo asombroso de las zombificaciones de Haití es lo poco que se parecen a las creencias africanas sobre los zombies."

Los haitianos (una sociedad que consiguió la libertad por una rebelión de esclavos) reducen a la esclavitud al egoísta que goza de un éxito notable a expensas de sus parientes.

Edwin Ardener, que estudió a los bakweri (África) en Camerún (un país donde no resulta extraño que los líderes vendan a sus seguidores) demostró que a estos egoístas, al contrario que en Haiti, no se les condena a al esclavitud sino que se les acusa de ser amos de zombies. Creen que lo que hacen es zombificar a su parentela, enviándolos a trabajar en minas y fábricas en las montañas. Sus jornales van a parar a sus amos.

En ambos casos, son lo que podíamos llamar "cultos antiyupi" "En ambos casos, la excesiva riqueza individual, el pecado del salario, puede acarrear al muerte."

Ligado a esta idea, el mismo Edwin Ardener, en 1963 escribe:

"La palabra zombie significa "dar en prenda o empeñar". Así, en las nuevas condiciones de una economía de plantación, se creía que los parientes se convertían en peones o prendas para que unos pocos podrían obtener riqueza".
"Se corrió el rumor de que los ancianos habían ordenado que el dinero no debía ser recogido del suelo, ya que estaba dispersa como un señuelo para atraer a los hombres a la orilla del agua. Allí, los "franceses" los usarían para obligarles a trabajar como zombies en un nuevo puerto de aguas profundas, o utilizarlos para apaciguar a los espíritus del agua. Desde hace algunos meses era común ver las monedas y hasta billetes de bajo valor sobre las calles de la capital."

En su estudio de la brujería djambe del Maka, Peter Geschiere describe la aparición de un nuevo tipo de hechicería que les transforman en una especie de zombi y les ponen a trabajar en "plantaciones invisibles".
Añade que "las narrativas sobre djambe son sorprendentemente similares a lostemas capitalistas. "Hablan de las brujas como empresarios que están siempre en alerta y listos para apropiarse de nuevas riquezas y poderes. " "Los brujos africanos son convertidos en la personificación de los productos caprichosos, las sirenas de losdeseos egoístas." La gente habla indistintamente de mágicas "brujas" y los ricos "grandes hombres" que "comen" las almas de la gente:
La consumición de almas se cree que está impulsada por un apetito por el dinero, un hambre desatada por el colonialismo europeo.

Estas narrativas recuerdan a muchos los cultos cargo y su necesidad de explicar las razones de todos estos bienes y las desigualdades sociales que acarrea. De hecho, Gerchiere comenta la anécdota de una mujer que confesó a su pastor que los avionespertenecen al mundo de la brujería y cuando los blancos se la arrebatan a los negros, éstos los trasladan al mundo real.


Josep Martí, antropólogo, apostilla: "No es tan solo en el sentido de querer explicar el porqué de las desigualdades de la riqueza, sino de las fuerzas emocionales: miedo ante la desgracia inesperada o al ansia de poder.(...)


Es una idea común de la antropología que la demonología moderna a menudo refleja un sentido similar, cuando una persona siente que todo lo que le da una identidad (es decir, su actividad, su vida, su coche...) puede ser fácilmente derrumbado. Hoy más que nunca, nos sentimos inseguros a ese respecto, aunque no sabemos contra qué demonios luchar. Ni siquiera si son reales.

Manel Loureiro escribió su primera novela, Apocalipsis Z, un thriller sobre No Muertos, en un blog en internet. Debido al gran éxito que alcanzó, fue publicado convirtiéndose automáticamente en un éxito de ventas, por delante de Stephen King. Él mismo explica su éxito:

"Los zombies suelen ponerse de moda en tiempos de crisis. Nos sentimos identificados con ese monstruo porque es lo que tememos nosotros de las crisis, el perder nuestra identidad""También las historias de fantasmas, porque buscamos nuestros orígenes, en situaciones de crisis nos replanteamos quienes somos, de donde venimos, a donde vamos..."

¿Pero por qué ese miedo a perder nuestra identidad relacionado con la crisis económica, con la pérdida del dinero?

Van Binsbergen hace una sugerente distinción entre la esclavitud y el trabajo asalariado. En la esclavitud, todo el ser de una persona está alienada, de modo que una persona se convierte en la propiedad de otro y deja de existir como sujeto legalmente autónomo. En el trabajo asalariado, sin embargo, sólo la parte de la vida de una persona que se vende como "trabajo" está alienado. La persona sólo le da una porción de su vida - es decir, de su ser - a cambio de un símbolo de esa porción.

Pero este símbolo, que es el dinero, luego alcanza un poder subjetivo, por lo queal final determina la vida de las personas cuya actividad representa.
Una economía monetaria como es la nuestra, es aquella en la que las personas se rigen por una representación fetiche de sí mismos (el dinero). Las economías de mercado se rigen por este muerto fantasmal, (pero activo sobrenatural) poder llamado dinero.

También existen las ideas zombie: ideas políticas que fácilmente pueden ser destruidas por la evidencia, pero no obstante andan arrastrando los pies hacia adelante sin descanso, esencialmente porque se adaptan a una agenda política. Un buen ejemplo puede ser la frase "Para salir de pobre hay que trabajar más".



El antropólogo australiano Michael Taussig ha analizado el terror político por el que los hombres se hacen más vulnerables y maleables.

En nuestra era, nadie se encuentra psicológicamente a salvo. La seguridad, en este sentido, se ha transformado en un bien preciado de cambio: se vende, se intercambia y compra seguridad como hace siglos atrás lo hacían con la felicidad."

Es decir: "Te regalan miedo y te venden seguridad" Como afirma Gavin de Becker -el que fuera asesor de seguridad de la Casa Blanca- en su libro El valor del miedo,"infundir temores y dar seguridad ante ellos es lo más importante que ocurre en las relaciones humanas".

"El mundo jerárquico de antes de un temor que imponía autoridad, se ha convertido en una nueva sociedad en donde la tragedia constante prima sobre el orden. Así, el Estado-de-emergencia lleva continuamente a la guerra al desorden amenazante, y al Otro amenazante, enfatizando los prejuicios y las desigualdades entre los hombres.

"El fascismo surge cuando la gente tiene miedo y se siente desamparada." dice Yayo Herrero, antropóloga y educadora.
Y para Taussig, es la guerra más muda de la historia:

“Por sobre todas las cosas, la guerra sucia es una guerra de silenciamiento. Oficialmente no hay guerra alguna. No hay prisioneros. No hay tortura. No hay desapariciones. Sólo el silencio que consume en gran parte el lenguaje del terror, intimidando a todos para que no se comente nada que pueda ser interpretado como una crítica a las Fuerzas Armadas… es la presencia de lo no dicho lo que logra el más simple de los comentarios de la esfera pública se vuelva asombroso en esta época de terror”



Fuentes:
http://jorgealbertoaguiar.blogspot.com.es/2007/01/el-estado-como-fetiche-el-fetichismo.html
http://jdeanicite.typepad.com/i_cite/2005/02/already_zombies.html
http://emc.eserver.org/1-4/hawkes.html
http://www.scribd.com/doc/74211707/Comaroff-and-Comaroff-Alien-Nation-Zombies-Immigrants-And-Millennial-Capitalism.
Nigel Barley, "Bailando sobre la tumba"
Edwin Ardener, "Witchcraft, Economics, and the Continuity of Belief" in Douglas (1970), 141-160, quotation from 154.
Wim van Binsbergen, "Witchcraft in modern Africa as virtualised boundary conditions of the kinship order."
Peter Geschiere, The Modernity of Witchcraft: Politics and the Occult in Postcolonial Africa trans. 
A.R. Radcliffe-Brown, Prefacio a African Political Systems. 
Philip Abrams, “Notes on the Difficulty of Studying the State.
http://digital.csic.es/bitstream/10261/8225/1/Jornades12_Marti%C3%8C%C2%81.pdf
http://www.psikeba.com.ar/articulos03/10-01/el-terror-en-michael-taussig-y-jean-baudrillard-del-estado-de-emergencia-al-no-evento.html

http://unaantropologaenlaluna.blogspot.com.ar/2013/02/los-zombies-y-la-muerte-vudu-cultos.html

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