22 de diciembre de 2013

Encontrar otra Navidad


Con esta entrada quiero agradecer a Juan José Benítez su obra "Caballo de Troya". En su mensaje me he basado para hacer esta entrada.
¡Gracias mal'ak!



Mural de la Iglesia de San Juan Bautista en el río Jordán 
(Jordania)



Hay otra Navidad. La Navidad de la que hablo, no podrás encontrarla en el ambiente festivo que nos rodea en estos días.

Tal vez puedas encontrarla si eres capaz de ver la luz en la mirada de los seres humanos. Una luz que nace en su interior porque Dios reside personalmente, humilde y silencioso, en cada espíritu. Somos seres extraordinarios. Somos hijos de Dios y hemos recibido el inviolable patrimonio de la inmortalidad. Este es el mensaje que Jesús vino a traernos. Esta es la otra Navidad.

Dios es un Padre amoroso que no necesita leyes escritas, ni prohibiciones, ni castigos; que no lleva la cuenta de tus obras y al que puedes hablar de tú a tú. Nadie escapa al amor de Dios. Nadie puede ofender a Dios. Somos los humanos los que nos

empeñamos en salvar y condenar.

Él vive contigo tus soledades, tus errores, tus alegrías, tus dudas, tus odios, tus humillaciones, tus riquezas y tus pobrezas, tus ansiedades, tus enfermedades, tu ignorancia, tu cobardía o

tu valor, tu generosidad, tu servicio a los demás… Él suscita la necesidad de saber quién eres, por qué estás en la vida, qué te espera después de la muerte, la necesidad de hallarle…

Lo hallarás si lo deseas. Solo si lo deseas.

Búscalo. Ponte en sus manos. Deja que se haga su voluntad. Dios responde y una fuerza arrolladora se pondrá a tu servicio.

Hacer la voluntad de Dios en confiar en Él. No hay que renunciar a nada. Tus ideas, tus iniciativas, tus decisiones… son tuyas.

Algún día sabremos. Algún día conoceremos...

Las dudas son inevitables. Las empuja la propia vida.

El método científico nunca te servirá para llegar a Dios, de la misma manera que nunca servirá para medir la belleza, la poesía, la ternura... Pero lo que no vemos, también existe.

No trato de convencerte. Encontrar esta Navidad es siempre un hallazgo individual, una experiencia personal y espiritual. Si Dios te toca, el alma se pone en pie y ya nada será igual.

La vida, mientras permanezcamos en ella, es lo más valioso que nos ha sido confiado. Vive lo bueno y lo malo. De eso se trata. Esta experiencia en la carne es única.

¡FELIZ NAVIDAD!

¡POR LA VIDA!

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