26 de diciembre de 2013

Comprensión de la Mente


Buda enseñó que todo depende de la mente. Para comprender lo que esto significa hemos de conocer la naturaleza y las funciones de la mente. A simple vista puede parecernos fácil, porque todos tenemos mente y podemos reconocer nuestros estados mentales: sabemos cómo nos encontramos, si nos sentimos felices o desdichados, si tenemos las ideas claras o estamos confundidos, etcétera. No obstante, si alguien nos preguntara cómo funciona la mente y cuál es su naturaleza, lo más probable es que no supiéramos dar una respuesta apropiada, lo que indica que, en realidad, no sabemos lo que es.

Hay quienes piensan que la mente es el cerebro o alguna otra parte o función del cuerpo, pero esto es incorrecto. El cerebro es un objeto físico que se puede ver, fotografiar y someter a una operación quirúrgica. En cambio, la mente no es un objeto material y no se puede ver, fotografiar ni operar. Por lo tanto, el cerebro no es la mente, sino una parte más del cuerpo.

No hay nada en nuestro cuerpo que pueda identificarse con

nuestra mente porque son entidades diferentes. Por ejemplo, aunque nuestro cuerpo esté quieto y tranquilo, nuestra mente puede estar ocupada con diversos pensamientos, lo que indica que nuestro cuerpo y nuestra mente no son una misma entidad. En las escrituras budistas se compara al cuerpo con un hostal y a la mente con un huésped. En el momento de la muerte, la mente abandona el cuerpo y viaja a la vida siguiente, al igual que el huésped deja el hostal y se traslada a otro lugar.

Si la mente no es el cerebro ni ninguna otra parte del cuerpo, entonces ¿qué es? Es un continuo inmaterial cuya función es percibir y comprender objetos. Debido a que la mente no es un fenómeno físico y carece de forma, los objetos materiales no pueden obstruirla. Para que nuestro cuerpo llegue a la luna tiene que viajar en una nave espacial, mientras que la mente puede desplazarse a ese lugar en un instante solo con el pensamiento. El conocimiento y la percepción de los objetos es función exclusiva de la mente. Aunque decimos "Yo sé esto o aquello", en realidad es nuestra mente la que aprehende los objetos. Conocemos los fenómenos con la mente.

Clases de Mente

Es importante que aprendamos a identificar los estados mentales que son apacibles y los que no lo son. Los que perturban nuestra paz interior, como el odio, los celos y el apego, se denominan perturbaciones mentales o engaños, y son la causa principal de todo nuestro sufrimiento. Quizá pensemos que los culpables de nuestros problemas son los demás, la falta de recursos materiales o la sociedad en que vivimos, cuando, en realidad, son nuestros propios estados alterados de la mente. La esencia de la práctica de Dharma y el objetivo principal del adiestramiento en la meditación es reducir y finalmente erradicar por completo todos nuestros engaños y sustituirlos por estados mentales apacibles y virtuosos.

Búsqueda de la Felicidad

Por lo general, buscamos la felicidad en el mundo exterior. Intentamos mejorar nuestras condiciones materiales y posición social, encontrar un trabajo mejor remunerado, etcétera, pero aunque lo logremos, seguiremos teniendo numerosos problemas y no nos sentimos satisfechos. De esta forma, nunca disfrutamos de una paz auténtica y duradera. En sus enseñanzas, Buda nos recomienda que no busquemos la felicidad en el exterior sino en nosotros mismos. ¿Cómo podemos encontrar la verdadera felicidad? Purificando y controlando nuestra mente por medio de la práctica sincera del Budadharma. Si nos adiestramos de este modo, sin lugar a dudas alcanzaremos un estado de paz mental duradero y seremos felices sin depender de las circunstancias externas.

Aunque nos esforzamos por encontrar la felicidad, nunca lo conseguimos y continuamos padeciendo sufrimientos sin cesar. ¿Por qué nos ocurre esto? Porque la causa de la felicidad, que se halla en nuestra mente, la virtud, es muy débil y para que dé sus frutos hemos de poner mucho esfuerzo; sin embargo, las causas internas de los problemas, los engaños, son muy poderosas y producen sus efectos aunque no lo deseemos. Esta es la verdadera razón por la que tenemos problemas sin cesar y no logramos ser felices.

De lo dicho podemos deducir que la causa principal tanto de la felicidad como del sufrimiento se halla en nuestra mente y no en el mundo exterior. Si podemos mantener una mente serena y apacible en todo momento, nunca tendremos dificultades. Si permanecemos en este estado, aunque nos insulten, critiquen o culpen de manera injusta, perdamos el trabajo o nos abandonen nuestros amigos, no lo viviremos dominados por los engaños. Por muy difíciles que sean las condiciones externas, si mantenemos una mente serena y apacible, no nos causarán ansiedad. Por lo tanto, para solucionar nuestros problemas solo tenemos que aprender a mantener un estado mental apacible por medio de la práctica pura y sincera del Dharma.


http://www.introduccionalbudismo.com/

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