31 de octubre de 2013

Las pertenencias





Un hombre murió repentinamente. Al darse cuenta, vio que se acercaba un ser muy especial que no se parecía a ningún ser humano. Llevaba una maleta consigo y le dijo:

- Amigo mío, es hora de irnos: soy la muerte.

El hombre, asombrado, le preguntó:

- ¿Ya?… ¡tan pronto!… Tenía muchos planes…

- Lo siento, amigo, pero es el momento de tu partida.

- ¿Qué traes en esa maleta? - preguntó el hombre-

- Tus pertenencias…

- ¿Mis pertenencias? ¿Mis cosas, mis ropas, mi dinero? …

- Lo siento: las cosas materiales que tenías, nunca te pertenecieron… Eran de la tierra.




- ¿Traes entonces mis recuerdos?

- Esos ya no vienen contigo. Nunca te pertenecieron. Eran del tiempo.

- ¿Traes mis talentos?

- No. Nunca te pertenecieron… Eran de las circunstancias.

- ¿Traes a mis amigos, a mis familiares?

- Tampoco. Ellos eran del camino.

- ¿Traes a mi mujer y a mis hijos?

- Nunca te pertenecieron. Eran de tu corazón.

- ¿Traes mi cuerpo?

- Ya te dije que es propiedad de la tierra.

- Entonces, ¿traes mi alma?

- El alma es de Dios.

Entonces el hombre lleno de miedo arrebató a la muerte la maleta y al abrirla se dio cuenta que estaba vacía.




Con una lágrima de desamparo brotando de sus ojos, el hombre le dijo:

- ¿Nunca tuve nada?

Si amigo mío… Cada uno de los momentos que viviste, fueron sólo tuyos.

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