19 de agosto de 2013

TODO LO QUE HAY,ES…ESTO.-TONY PARSONS


Como tantos otros, encontró un día que en su vida faltaba algo, un algo intangible y, sin embargo, fundamental. Así que decidió buscarlo a través de la religión. Se aplicó entonces en disciplinas, rituales y purificaciones, pero aún así no pudo descubrir la razón de su anhelo. En esas circunstancias, decidió investigar el mundo de la terapia y la espiritualidad contemporáneas. Así que se involucró en las meditaciones más profundas, leyó los libros más significativos y se sumergió en entusiasmo en las terapias más avanzadas. Perdida ya toda esperanza, estaba caminando un día por un parque en Londres, cuando entonces….
TP. Noté mientras caminaba que mi mente estaba ocupada vagando de un pensamiento a otro. Aparentemente hice la elección de dejar estos pensamientos y de atender simplemente a mi caminar. Noté que cada paso era totalmente único en sensación y presión, y que estaba aquí un momento y que había desaparecido al siguiente para no repetirse nunca más de la misma manera. Cuando todo esto estaba teniendo lugar hubo una transición desde la observación del caminar hasta que, por así decir, el caminar y yo no éramos distintos. Lo que aconteció entonces está más allá de mi descripción. Solo puedo decir inadecuadamente de palabras, que una tranquilidad y presencia totales parecieron descender sobre todas las cosas. Todas las cosas devinieron sin tiempo y yo ya no existía. Yo me desvanecí y ya no había ningún experimentador. La unidad de todo
y cada cosa era lo que aconteció. No puedo decir que yo estaba “unificado” porque “yo” había desaparecido. Todo ello ocurrió sin ningún esfuerzo por mi parte.
La iluminación trae consigo la comprensión de no hay nadie que pueda alcanzarla. No es una experiencia porque no hay nadie que pueda experimentar, el experimentador simplemente no está.
Cuando comenzamos a admitir la posibilidad de que lo somos emerja realmente, llegamos a ver que lo que somos es totalmente constante, tranquilo y calmo. Simplemente no hay ninguna agenda y tampoco ninguna consideración pasada ni ninguna consideración futura, ninguna parte a donde ir, nada que hacer y todo lo que pensamos que existe para amenazarnos o complacernos se desvanece. Hay un tremendo alivio cuando se abraza esta comprensión. Cesa toda lucha y el esfuerzo por hacer que la vida de uno funcione pierde repentinamente su sentido. Es entonces en ese relajarse y dejar que la vida fluya cuando se abre una nueva posibilidad…
¿Que diría sobre la capacidad de elección? TP. Cuando ocurre el despertar, se ve que aquí nunca ha habido nadie para lograr ese despertar. Se reconoce también que a todo lo largo de la vida que aparentemente ha transcurrido antes, no ha habido nunca nadie que “haya elegido” o que “haya hecho”. Todo lo que ha acontecido, desde el matiz más pequeño hasta lo que parecía ser la más grandes decisiones, no podrían haber sido de otra manera.
¿No hay entonces una manera acertada o equivocada de hacer nada?
TP. Ya no se plantea en absoluto ninguna cuestión de acertado o equivocado. Se ve que la aparente entidad separada es sólo un personaje soñado en una novela que está siendo vivida por la energía divina, es todo lo que hay. Esa aparente entidad separada tiene ciertas predisposiciones y características, y las elecciones son efectuadas por el condicionamiento y la historia de ese personaje vivido.
¿Que hay del libre albedrío?
TP. No se plantea la cuestión del libre albedrío, simplemente porque no hay nadie que pueda tener una voluntad o hacer una elección. Pregúntese a Vd. mismo de dónde vienen los pensamientos; y si observa, durante algún tiempo, verá que no son suyos. Todos emergen igualmente de ninguna parte, aparecen, tienen su momento, y entonces desaparecen. Su origen no es obra de Vd.
¿Pero como pago la hipoteca?
TP. La manera en que funciona el cuerpo/mente simplemente continúa. Vd. no deja de hacer o de no hacer nada, simplemente porque nunca hubo nadie que hiciera o dejara de hacer. Esa es precisamente la revelación.
Pero cómo sé yo lo que es adecuado o inadecuado para mi y mis seres queridos?
TP. Vd. no lo sabrá y tampoco lo ha sabido nunca. Esté abierto a la idea de vivir el resto de su vida en el caos; abandónese a no tener que saber nada más. Es maravilloso. Vd. sólo puede seguir lo que le parece evidente. Su trabajo, sus relaciones etc…todos tienen una cierta característica que es generada a través de Vd. por la conciencia. La historia de su vida ha acontecido exactamente como debía; ha sido totalmente apropiada. Eso continuará, y nada que Vd. haga será adecuado o inadecuado; será simplemente “lo que es”. Así pues, relájese y deje que todo acontezca, porque de todos modos acontecerá. Lo importante, si sucede, es el abandono de esta aparente voz interior que le está diciendo como debería ser o actuar. Abandónela ahora, justamente aquí. Es una falsedad que, simplemente, obstaculiza la comprensión.
Así pues, ¿nosotros no vamos a ninguna parte?
TP. Nada va a ninguna parte y nada está aconteciendo en el tiempo. Solo hay “lo que es”. Pero vea por Vd. mismo “quien” es quien está preguntando. Este tipo de preguntas quisquillosas son simplemente otra manera de que la mente evite “lo que es”. Simplemente descanse en no tratar de saber la respuesta a todo. Querer saber la respuesta es una manera de tratar de tener el control.
¿Pueden la meditación y los procesos terapéuticos de autoconocimiento preparar a la persona para la liberación?
TP. No hay nadie al que preparar para la liberación, pues no hay nadie que tenga que ser liberado. Desde otro punto de vista, todo lo que acontece, absolutamente todo, contiene la invitación ya sea comer una hamburguesa, volar una cometa o sentarse en la posición del loto. Es sólo nuestra intención o expectativa lo que obstaculiza la comprensión. Si lo que acontece para una persona es la práctica de la meditación eso es lo apropiado.
A mi me parece que Vd. tiene algo que yo no tengo, y quiero obtenerlo tan rápidamente como sea posible.
TP. Primeramente, Vd. no puede ir rápidamente a donde ya está. Pero comprenda esto realmente. Viva de ello y trate de ver profundamente lo que se está diciendo. El problema es que Vd. piensa que debe acontecer algo. De hecho, acontece continuamente, y Vd. simplemente no lo ve. Yo no tengo nada que Vd. no tenga. La diferencia es que yo ya no espero nada. Esto es ello, y eso es el fin de ello. Abandone la búsqueda de que acontezca algo y enamórese, enamórese íntimamente del don de la presencia en “lo que es”.
Aquí, justamente aquí, está la sede de todo lo que Vd. ha anhelado siempre. Es simple, ordinario y magnífico. Vea, Vd. ya está en casa.
[Extraido del libro “Lo que Es”. Tony Parsons. (Gaia Ediciones)]

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