30 de julio de 2013

Matriz holográfica I (Por Ular)

¿Y si la realidad (todo lo que, en primera instancia, ves, palpas y hueles) fuera un gigantesco holograma?
Para la física cuántica, la inverosímil conjetura comienza a ser una realidad que podría revolucionar las fronteras de la ciencia. Según una opinión difundida en el mundo científico, existiría evidencia suficiente como para sugerir que nuestro planeta (así como todo lo que existe en el Universo) es un entramado de imágenes fantasmas, proyecciones provenientes de un nivel ubicado más allá de la realidad, el tiempo y el espacio tal como los concebimos.
En un holograma, cada parte está en el todo y el todo está en cada parte. Sin embargo, lo más importante reside en que la parte tiene acceso al todo. Si el cerebro funcionase como un holograma, podríamos conjeturar, tendría acceso a un todo mayor, a una esfera de frecuencia holística que trascendería los límites del espacio-tiempo. El ser humano poseería un potencial mental inmenso en relación al que se cree que posee. Prueba de ello son las condiciones llamadas paranormales.
Otra hipótesis es que el súper holograma del que formamos parte habría sido creado por una superconciencia de la que también formamos parte. Es decir, que las mentes de todas las entidades universales formarían una superconciencia que, tanto individual como colectivamente, actuarían recíprocamente como creadoras del entramado absoluto de este súper holograma. Como una gran mente que da forma a todo lo que piensa, este Universo Material, sería la idealización, la materialización de una Conciencia Suprema. Los estratos o dimensiones que subdividirían el espectro holográfico total, estaría conformado por las distintas frecuencias que envuelven a los distintos Universos, dentro los cuales se manifestaría la existencia de los seres cuyas mentes crean su propia realidad.
Es decir, que todo lo que sucede en nuestro mundo sería en gran medida la consecuencia de nuestro nivel de conciencia planetaria. El mundo que vemos y percibimos no sería otra cosa que una ilusión creada parcialmente por nuestras mentes. Debido a que nosotros, como individuos, estaríamos conformados por una matriz holográfica, y esa matriz holográfica abarca teóricamente todo lo que existe, entonces nuestro ser se extendería verdaderamente a lo largo del espacio completo de este universo en cada momento. Según esta construcción teórica, somos la creación entera en sí misma. Tanto el océano de fluidez cuántica, como la vasta matriz holográfica geométrica en nuestro interior, serían elementos esenciales que nos proporcionarían un camino para mantenernos conectados con el infinito y con los seres espirituales ilimitados de principio puro que realmente somos.
¿Visto hasta aquí? Pues ahora veamos qué dice. Al respecto, Emilio Carrillo en su magistral conferencia en 2011 en Lérida, España.


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