25 de julio de 2013

Los conspiracionistas están más cuerdos que los crédulos / Perfiles de conspiracionistas

Collage
Estudios científicos así lo afirman. Las ideas preexistentes determinan el análisis y entendimiento. El ordenamiento social a nivel global parece sustentarse en una rígida estructura teocrática y patriarcal.
Estudios realizados por psicólogos y científicos sociales en los EE.UU. y el Reino Unido sugieren que, contrariamente a los estereotipos de los medios de comunicación convencionales, los etiquetados como "teóricos de la conspiración" parecen estar más cuerdos que los que aceptan la versión oficial de los hechos controvertidos.
El más reciente de ellos se publicó el 8 de julio por los psicólogosMichael J. Madera y Karen M. Douglas, de la Universidad de Kent (Reino Unido) que añaden además que a los llamados conspiracionistas no les gusta ser llamados "conspiracionistas" o "teóricos de la conspiración". Este término fue inventado y puesto en amplia circulación por la CIA para desprestigiar y difamar a las personas que cuestionaban el asesinato de John Fitzgerald Kennedy (JFK) en 1963.
El Psicólogo Laurie Manwell de la Universidad de Guelph, en 2010, señalaba que la gente anti-conspiración es incapaz de pensar con claridad debido a su incapacidad para procesar información que está en conflicto con sus creencias preexistentes. El profesor Steven Hoffmanañadía que la gente anti-conspiración suelen ser presa de un fuerte "sesgo de confirmación", es decir, buscan información que confirme sus creencias preexistentes y usa  etiquetas como "teoría de la conspiración" para evitar informaciones contradictorias.
Sin embargo, estos estudios se han limitado a analizar y procesar datos y encuestas sobre asuntos de estado o actos criminales como el 11S. Pero las "teorías de la conspiración" van mucho más allá del mundo político, criminal o socioeconómico. En el siguiente ejercicio hemos clasificado hasta siete niveles de "teoría conspirativa" de acuerdo a la naturaleza y dimensión de las conspiraciones, que como capas de cebolla se van ampliando.
Perfiles o niveles de conspiracionistas:  
1º - Recientes.
Los conspiracionistas recién llegados a las “teorías de la conspiración” perciben el engaño de los partidos políticos respecto de sus proclamadas ideologías, la falta de integridad moral de sus líderes, la corrupción de las instituciones, incluso las perversiones de los sistemas políticos y económicos.  Pero como la información política y lúdico-festiva monopoliza los medios de comunicación,  la arena política/económica constituye el techo de su visión de los problemas.  
Se puede distinguir un subgrupo de Recientes que podrían denominarse como Reciente con
Tendencias:  estos contemplan los engaños como conspiraciones contra sus respectivas posturas de partida, ya sean políticas, ideológicas o religiosas.
2º - Consolidados/as.
Éstos han percibido que la política es sólo una pantalla de distracción y que donde realmente de cocinan los asuntos es en instancias superiores como centrales de inteligencia, sociedades secretas, clubs, grupos de multinacionales o grandes fortunas.
Los conspiracionistas Consolidados suelen encontrarse más despegados de los clichés políticos “derecha e izquierda” aunque aún no libres del todo;  sin embargo todavía suelen permanecer relativamente fieles a sus respectivas creencias y educación religiosa; enmarcan sus análisis exclusivamente al momento actual o como mucho los retrotraen a unas pocas décadas atrás.
Los niveles inferiores de los conspiracionistas Consolidados manejan una visión más materialista (político/económica) de las conspiraciones mientras que los superiores comienzan a percibir que “hay algo más” y especulan sobre ello.  
3º - Avanzados/as.  
Los conspiracionistas Avanzados  entienden que tras el poder económico existen varias filosofías y teologías históricas enfrentadas, intrínsecamente vinculadas a los grupos de poder y riqueza, que propagan ideologías y promueven sistemas políticos a su beneficio.  Aunque suficientemente liberados de ideologías políticas, los conspiracionistas Avanzados  suelen estar marcados aún por su educación religiosa original y bastantes permeados y alineados con ella. 
En los niveles inferiores de los conspiracionistas Avanzados la religión aún desempeña un papel  importante en sus posturas argumentales y posiciones dialécticas; en los superiores, la tendencia al conocimiento independiente se hace más marcada.  Los conspiracionistas Avanzados ya manejan términos compuestos por el prefijo “exo”, como exopolítica, exociencias, exoterismo, etc. junto a  sus conceptos y elementos, si bien aún de forma superficial.
Entre los conspiracionistas Avanzados existen apresurados y acalorados debates en torno al mejor modo de hacer “despertar” a los otros que aún permanecen anclados en posiciones de credulidad.   Se puede, de acuerdo a sus propósitos, establecer algunos subgrupos residuales:
a) Avanzados Profesionales:  han encontrado un medio de vida y lucro en la teoría conspirativa; profesión, que si la ejercen en exclusiva, les obliga a estar continuamente discurriendo nuevas conspiraciones, incluso dónde no las haya, en algunos casos entorpeciendo.
b) Avanzados Desnivelados:  son las personas que, de endeble formación intelectual, mediante la internet, han accedido directamente a la dialéctica conspirativa avanzada, y faltos de criterio propio, consumen toda apuesta conspirativa sin sospechar su procedencia, propósito o versatilidad.
c) Avanzados Despertadores:  son aquellos que se han determinado como misión hacer “despertar” a los crédulos generalmente alertando sobre conspiraciones contra su religión o base ideológica.
4º - Veteranos/as. 
Los conspiracionistas Veteranos  han logrado soltar gran parte de su lastre educacional original ideológico y religioso y comenzar a reconfigurar su visión partiendo de cero. Conscientes de que la conspiración viene de lejos ya comenzaron a reconsiderar la Historia y Prehistoria oficialista y a buscar nexos entre las remotas tradiciones, cosmogonías y teogonías, y la ciencia actual de vanguardia, las modernas investigaciones y descubrimientos antropológicos, astronómicos, etc…
Suelen manejar datos y conceptos restringidos al mundo del ocultismo y esotérico, sobre la naturaleza de la vida, el origen del hombre, otras humanidades, otros mundos y orbes, etc.  
5º - Iniciados/as.
Los Iniciados comienzan a interrelacionar elementos y a percibir el conjunto.  Han estudiado en profundidad el ocultismo y el esoterismo, y disponen de una base sólida para identificar, confirmar o desechar las líneas de investigación avanzadas en física, antropología, historia, etc. 
Saben de anteriores humanidades, presentes en la actual;  de la influencia de agentes exoplanetarios,  han advertido la influencia que desde otros orbes o dimensiones se ejerce hacia en el plano físico;  perciben la humanidad actual como presa y cimentada en la teocracia y el patriarcado;  su nivel de comprensión de la conspiración abarca a muchos miles de años y adivinan correctamente un buen número de los actores en la escena.
6º - Maestros/as 
Éstos han desarrollado algunas capacidades psíquicas, una gran intuición o han experimentado el mediumnismo. Son perfectamente conscientes de lo que se cultiva en la superficie del planeta y han comprendido lo que encontrarán en el “más allá” inmediato;  han dejado de ser conspiracionistas para convertirse en conspiradores  y tienen que elegir entre alguna de las opciones disponibles: 
a) Conspirar para abonarse un trono al “otro lado”, o un trato de favor en la jerarquía de algún teocráta del “otro lado”. 
b) Conspirar para combatir precisamente a los anteriores.
Por lo general, los primeros (a) optan por comenzar a atraerse a las masas y a idolatrarse, a convertirse en símbolos sociales mediante la religión o la política, los medios de comunicación o cualquier otra forma. Lo importante es ser muy admirado, venerado o temido. Se convierten en teócratas. 
Otra forma más frecuente de intentar un “ventajoso retiro” es volverse una pieza útil para los “dioses” o teócratas (“del otro lado”) labrando sus históricas mega-estructuras de captación y “cultivo”, si bien no es de total garantía, pues el teócrata y su cruda jerarquía son de naturaleza egoísta y despiadada, y pueden terminar devorándolo como al resto de hechizados.
Los Maestros viciados hacia la teocracia y convertidos en conspiradores, conspiran para mantener el orden actual, es decir, para mantener la estructura teocrática y patriarcal. 
7º - Maestros/as Rebeldes. 
Los maestros que no se han viciado en teócratas, de una forma u otra, se han convertido en rebeldes y conspiradores contra la teocracia.  Dado que perciben a la actual humanidad sustentada u ordenada en la teocracia y el patriarcado, se encontrará al Maestro Rebelde, entre las sombras, conspirando contra estas estructuras.  
Cómo el Maestro Rebelde no se presenta a elecciones, no tiene porqué cuidar su imagen pública y trabaja con libertad de acción. Planifica estrategias, apoya la ciencia en mayúsculas y el conocimiento - principales enemigos de la teocracia – inspira ideas, modelos artísticos…, previene y combate contra los métodos de control mental como los trances religiosos en templos e iglesias, mítines, actos multitudinarios;  alerta del control mental electrónico teócrata en sus múltiples formas – desde los programas de televisión hasta la música, etc. -. 
El Maestro Rebelde desarrolla su trabajo conspirativo en la sombra, no es conocido, al menos por el gran público, y usa todos los instrumentos a su alcance, desde los más sutiles y etéreos a los más orgánicos y manifiestos.  A veces utiliza métodos aparentemente poco escrupulosos porque sabe que es bastante peor, para el destino final de la gente, la opción teócrata.
Como se observa en esta gradación en siete niveles - que probablemente podrían ser más - de perfiles del teórico conspirativo, llega un momento en que éste pasa del terreno de espectador, crítico o denunciante al de conspirador y protagonista de conspiraciones, bien para fines egoístas, bien para fines altruistas.  Aunque eso sí, sendos propósitos parecen ser difíciles de identificar o reconocer para muchos de los mismos conspiracionistas de los niveles inferiores y prácticamente imposible para los crédulos, desinformados o contrainformados.

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